Reseña | Perry Mason, la serie, toma su nombre de una serie de CBS de 1957 que se centró en el abogado defensor criminal Perry Mason, de las historias de detectives del autor Erle Stanley Gardner.
Por alguna extraña razón, los creadores de esta versión de HBO decidieron que esta fuera una historia de origen, y Perry, inicia como un detective privado, no como un abogado.
La historia transcurre en Los Ángeles de 1932, y el investigador privado Perry Mason es contratado para investigar un sensacional caso del secuestro de un bebé.
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La serie es hermosa de ver. La fotografía es bellísima, la iluminación y el ambiente creado recuerda esas películas de cine negro de detectives. Y los sets y el vestuario son magníficos, se nota el presupuesto.
Las actuaciones no se quedan atrás. Matthew Rhys vuelve a demostrar el gran actor que es, y está muy bien acompañado por un gran elenco. Todos los personajes parecen tener algo que esconder lo que ayuda al misterio.
Pero el tono puede ser innecesariamente sórdido y gore. Hay una escena en el primer episodio que se han podido ahorrar, aporta poco al resto de la maravillosa ambientación de la serie.
Y en cuanto a la historia, es bastante lenta, especialmente al inicio y personajes como la pastora o el mismo caso investigado (el caso del siglo) son poco interesantes.
Es menos un drama legal y más una historia de detectives. Y eso podría ser muy entretenido pero no lo es. Es en el episodio 5, cuando por fin, Perry se convierte en abogado es que la serie mejora.
Lastimosamente, es muy tarde, la primera temporada son solo 8 episodios (habrá segunda). A pesar de que mejora al final, al inicio, más allá de la estética y las actuaciones, se rescata muy poco. Pero si te gusta el ‘film noir’ y las historias de detectives, vale la pena verla.
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Escribo sobre lo que amo, el cine y la televisión. Recomiendo qué ver para que tu no pierdas tiempo ojeando posters en la tele. Con los Ojos Cuadrados desde pequeño.
