Reseña | #blackAF es la nueva comedia de Kenya Barris creador de Black-ish, y en realidad es Black-ish… pero con Kenya haciendo de Anthony Anderson y sin las restricciones de la televisión abierta. A la final, eso no es necesariamente malo.
Barris hace su debut delante de la cámara y lo acompaña Rashida Jones como su esposa en esta historia inspirada en la vida real de Barris.
La serie revela lo que significa ser una familia negra que rápidamente ha acumulado mucho dinero, y que trata de hacer las cosas bien en un mundo moderno donde “lo correcto” ya no es un concepto fijo.
Esta serie es la primera que hace Barris con Netflix luego de firmar un acuerdo de exclusividad por más de 100 millones de dólares. Y cuando digo que es Black-ish pero sin restricciones es porque cualquiera que haya visto esa serie inmediatamente encontrará similitudes con esta.
Solo que los episodios no están limitados a 22 minutos, puede decir todas las malas palabras que quiera, y más importante, Kenya la protagoniza, su manera de decirle a los ejecutivos de ABC que no necesitan una cara famosa para interpretar al personaje que básicamente está basado en su vida.
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Verán, esta serie inicia con la familia ficticia de Kenya celebrando el acuerdo que acaba de firmar el artista con Netflix (algo que pasó en la vida real).
Y su hija, cuya aplicación de video a la universidad le da a la serie su estructura de “documental”, nos introduce a los personajes y a la hoja de vida de su padre la cual incluye Black-ish. Grown-ish y Mixed-ish, todos programas de la vida real, creados por Barris.
Este tipo de programa en el cual el creador interpreta una versión ficticia de él mismo no es nada nuevo, Ray Romano y Larry David ya lo hicieron durante muchos años.
Pero creo que nunca había visto algo que fuera tan similar a la realidad, Kenya se va al extremo, al punto que en un momento de la serie encuentra sabiduría en un episodio de black-ish, diciendo “Las humildes palabras que Andre Johnson, que yo escribí, (ósea Kenya) realmente me llegaron al corazón”, ósea al de Kenya, ¿me entienden?.
Pero si no has visto Black-ish, nada de lo que he dicho te afectará entonces mejor hablemos de lo bueno de esta serie, la cual es en ocasiones muy divertida. Tiene el humor irreverente que caracteriza a Barris, no tiene filtro y las peleas familiares y situaciones laborales propician bastantes risas.
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Y algo que me gustó es la honestidad que maneja la serie. Barris expone sus miedos, abre discusiones que vale la pena tener y hace reflexiones profundas.
Como en el episodio en que habla de la crítica en el mundo del cine y la televisión, y el apoyo entre la comunidad afroamericana a sus contenidos.
Básicamente abriendo el debate de si las audiencias negras deben sentirse obligadas a apoyar a los artistas negros, incluso si no les gusta el contenido.
O el momento de Tyler Perry, quien aparece como el mismo, en lo que es el episodio más largo de la serie (dura 48 minutos) y tiene una discusión con Kenya sobre lo que piensen los demás.
Y sobre la poca importancia que Perry le da a las críticas de periodistas blancos ya que los gustos son distintos, y el público objetivo es distinto. Qué es bueno y qué es malo, lo importante es que el público se divierta y que la audiencia conecte con el contenido.
Pero por otro lado, la serie también recurre a lo típico de las sitcoms en donde los personajes se pasan el episodio peleando solo para que luego de unas escenas conmovedoras o un montaje con una voz en off, todo se arregla y nos recuerdan que las cosas siempre estarán bien. Borrón y cuenta nueva.
Creo que esta era la serie que Kenya Barris quería hacer en ABC pero no pudo, vale la pena verla, son tan solo 8 episodios que van desde los 30 minutos hasta los 50 y se pasan rápidos, tiene sus fallas pero momentos chistosos y como ya lo mencioné, unas reflexiones interesantes. Pero personalmente, espero que en su próxima serie, Barris haga algo distinto. #blackAF está disponible en Netflix.
Escribo sobre lo que amo, el cine y la televisión. Recomiendo qué ver para que tu no pierdas tiempo ojeando posters en la tele. Con los Ojos Cuadrados desde pequeño.
